Artículo de investigación

 

 

La inteligencia artificial en la justicia: protocolos para la presentación y la valoración de prueba digital obtenida mediante IA

Artificial intelligence in justice: Protocols for the submission and assessment of AI-generated digital evidence

Inteligência artificial na justiça: protocolos para a apresentação e avaliação de evidências digitais derivadas de IA

 

Denis Adan Aguilar  Cabrera

Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú)

Contacto: denis.aguilar@unmsm.edu.pe https://orcid.org/0000-0002-1129-410X

 

 

 

RESUMEN

La integración de la inteligencia artificial (IA) en el derecho penal marca un progreso significativo con amplias implicaciones en la gestión de pruebas digitales en los procesos judiciales. La IA proporciona herramientas que pueden mejorar la eficacia, la calidad y la transparencia de la justicia penal, al mismo tiempo que plantea desafíos éticos y legales que necesitan ser abordados con cautela. En efecto, la incorporación de algoritmos y sistemas de IA puede contribuir a establecer criterios más objetivos y coherentes en la toma de decisiones. Es de vital importancia analizar a fondo las implicaciones éticas y legales al integrar la IA en el proceso penal, para asegurar la salvaguarda de los derechos fundamentales y el respeto a la presunción de inocencia, puesto que la protección de los derechos individuales y la responsabilidad de los sistemas automatizados son elementos críticos que deben ser considerados al establecer un marco normativo claro, que regule el uso de la inteligencia artificial en el proceso penal. Asimismo, los algoritmos de IA deben seguir principios básicos como el in dubio pro reo, y los jueces deben tener la capacidad de apartarse de las recomendaciones de la IA si justifican adecuadamente sus decisiones, manteniendo un equilibrio entre la automatización y la discreción judicial. Es esencial comprender que la IA no pretende reemplazar la labor del juez humano, sino más bien complementarla como un recurso de apoyo para asegurar una justicia efectiva y equitativa en la era digital.

Palabras clave: inteligencia artificial; proceso penal; pruebas digitales; implementación de protocolos; herramientas IA; ética en IA.

Términos de indización: inteligencia artificial; procedimiento legal; aplicación informática; ética de la tecnología (Fuente: Tesauro Unesco).

 

ABSTRACT

The integration of artificial intelligence (AI) into criminal law marks a significant advancement with broad implications for the management of digital evidence in judicial proceedings. AI provides tools that can enhance the efficiency, quality, and transparency of criminal justice, while also posing ethical and legal challenges that need to be addressed with caution. In fact, the incorporation of algorithms and AI systems can contribute to establishing more objective and consistent criteria in decision­making. It is crucial to thoroughly analyze the ethical and legal implications when integrating AI into criminal processes, ensuring the protection of fundamental rights and respect for the presumption of innocence. The safeguarding of individual rights and the responsibility of automated systems are critical elements that must be considered when establishing a clear regulatory framework governing the use of artificial intelligence in criminal proceedings. Moreover, AI algorithms must adhere to basic principles such as in dubio pro reo, and judges must have the ability to depart from AI recommendations if they adequately justify their decisions, maintaining a balance between automation anddiscretion. It is essential to understand that AI is not intended to replace the role of the human judge but rather to complement it as a support tool to ensure effective and equitable justice in the digital age.

Key words: artificial intelligence; criminal process; digital evidence; implementation of protocols; AI tools; ethics in AI.

Indexing terms: artificial intelligence; legal procedure; computer applications; ethics of technology (Source: Unesco Thesaurus).

 

RESUMO

A integração da inteligência artificial (IA) ao direito penal marca um desenvolvimento significativo com implicações abrangentes para o gerenciamento de provas digitais em processos judiciais. A IA fornece ferramentas que podem melhorar a eficiência, a qualidade e a transparência da justiça criminal, ao mesmo tempo em que levanta desafios éticos e legais que precisam ser abordados com cautela. De fato, a incorporação de algoritmos e sistemas de IA pode ajudar a estabelecer critérios mais objetivos e consistentes para a tomada de decisões. É de vital importância analisar minuciosamente as implicações éticas e jurídicas da integração da IA ao processo criminal, garantindo a salvaguarda dos direitos fundamentais e o respeito à presunção de inocência, pois a proteção dos direitos individuais e a responsabilidade dos sistemas automatizados são elementos essenciais que devem ser considerados ao estabelecer uma estrutura regulatória clara que regule o uso da inteligência artificial no processo criminal. Além disso, os algoritmos de IA devem seguir princípios básicos, como o in dubio pro reo, e os juízes devem ter a capacidade de se afastar das recomendações da IA se justificarem adequadamente suas decisões, mantendo um equilíbrio entre a automação e a discrição judicial. É essencial entender que a IA não se destina a substituir o trabalho do juiz humano, mas sim a complementá­lo como um recurso de apoio para garantir uma justiça eficaz e justa na era digital.

 

Palavras-chave: inteligência artificial; processo criminal; provas digitais; implementação de protocolos, ferramentas de IA; ética de IA.

Termos de indexação: inteligência artificial; procedimento legal; aplicativo de computador; ética da tecnologia (Fonte: Unesco Thesaurus).

 

 

1.              INTRODUCCIÓN

El creciente uso de la tecnología ya es parte de la rutina diaria, con ello se evidencia un aumento significativo de la actividad delictiva asociada con los dispositivos electrónicos y las plataformas digitales. En tal sentido, el uso de la prueba digital en los procesos penales continúa siendo restringido debido a los desafíos inherentes a su adquisición, su análisis y su presentación; ello es en mérito a la carencia de conocimiento especializado, la ausencia de un marco metodológico claro y eficaz para la aplicación de la inteligencia artificial en la recolección y el análisis de pruebas digitales (con el riesgo de lesionar derechos), así como la inexistencia de criterios uniformes sobre el uso de pruebas digitales.

La implementación de la inteligencia artificial (IA) y los algoritmos en el proceso penal constituye un tema de gran complejidad que diversos países reconocen como indispensable para perfeccionar la administración de justicia; pues bien, el diálogo en torno a la justicia digital adquiere relevancia en razón a la capacidad de adelantarse a las acciones que los interesados puedan emprender con el uso de la IA (Gómez et al., 2023). Además, se debe considerar que la cibercriminalidad impulsa la actualización de los métodos de investigación del crimen. En tal sentido, Ahmad (2021) sugiere que las autoridades judiciales deben orientar sus esfuerzos a la búsqueda de nuevas evidencias en los lugares del delito, específicamente pruebas de índole electrónica, asegurando su autenticidad en los procesos penales para así identificar a los responsables de tales infracciones. Del mismo modo, Muñoz (2020), en referencia al informe emitido por el Comité de Asuntos Legales del Parlamento Europeo en enero de 2017, destaca el crecimiento de la tecnología en el ámbito judicial, que se consolida como una presencia constante, donde enfatiza la incipiente regulación sobre la inteligencia artificial en los procedimientos judiciales, así como las herramientas de inteligencia artificial más comúnmente empleadas.

Dentro del panorama de investigaciones destaca el trabajo de Calderón y Cueto (2022) acerca del análisis de la prueba mediante inteligencia artificial, el cual tuvo como propósito la formulación de directrices probatorias para la presentación de evidencia generada por inteligencia artificial en el marco del proceso judicial en Colombia, mediante el uso del dictamen pericial científico. Asimismo, señaló que la normativa actual requiere que el porcentaje probabilístico generado por la inteligencia artificial sea plasmado en un documento por medio de un mensaje de datos, lo cual restringe la posibilidad de contradicción y la evaluación de la evidencia. Como propuesta, sugirió la aplicación de normas inherentes a la prueba pericial científica, con el fin de asegurar la integridad de la cadena de custodia de la información digital, la explicación detallada del funcionamiento de los algoritmos de inteligencia artificial y su pertinencia en el proceso.

Por su parte, Cano et al. (2020) centraron su investigación acerca de la inteligencia artificial aplicada al análisis forense digital en diversas técnicas como el aprendizaje automático, las máquinas de soporte vectorial, las redes neuronales artificiales, así como en los sistemas expertos y los agentes inteligentes; concluyeron que la IA puede desempeñar un rol significativo en el análisis forense digital, al posibilitar la automatización, la correlación, la detección y la identificación de pruebas digitales relevantes para la investigación de eventos informáticos. Del mismo modo, Castellano (2021) propuso indagar en las oportunidades que ofrecen los sistemas de IA en la evaluación de evidencias en el ámbito judicial, particularmente en la esfera penal; enfatizó en que la incorporación de la IA en la valoración de la prueba puede brindar numerosas ventajas, como la imparcialidad, la eficiencia, la celeridad y la transparencia; no obstante, también plantea diversos desafíos, como la protección de los derechos fundamentales, la independencia judicial, la explicabilidad y la auditabilidad de los algoritmos.

El propósito de este estudio reside en examinar los fundamentos que respaldan la adopción de dicho protocolo en el contexto del proceso penal, con el objetivo de potenciar la eficacia, la eficiencia y la equidad del sistema de justicia penal. Se pretende identificar los argumentos lega­ les, técnicos y sociales que abogan por la integración de la inteligencia artificial en la recolección, la preservación y el análisis de evidencias digitales; con ello se busca determinar los estándares específicos de admisibilidad que deben regir las pruebas digitales generadas con IA, teniendo en cuenta las características propias del entorno peruano y las directrices internacionales. Asimismo, se justifica en la necesidad de abordar los retos y las posibilidades derivados de la integración de la inteligencia artificial en el ámbito del proceso penal y la gestión de pruebas digitales, puesto que es esencial comprender el potencial de la IA para mejorar la eficiencia, la calidad y la transparencia del sistema judicial, al mismo tiempo que se garantiza la protección de los derechos fundamentales de todas las partes involucradas. La implementación de un protocolo que incorpore la IA en la recolección, la preservación y el análisis de pruebas digitales se presenta como una medida clave para asegurar la equidad y la justicia en el procedimiento legal.

El artículo contiene las secciones de contextualización, prueba digital, inteligencia artificial en la justicia, algoritmos en la prueba penal, análisis de la literatura y conclusiones.

 

2.              LA PRUEBA DIGITAL

2.1.              Noción de la prueba

La prueba se erige como un pilar fundamental para determinar la veracidad o la falsedad de un hecho, y se logra a través de diversos medios como razones, argumentos o instrumentos; así, la prueba constituye la validación de los hechos en disputa en un proceso judicial, llevada a cabo de conformidad con los métodos autorizados por la ley. No obstante, la prueba no se limita únicamente a confirmar o contradecir una aseveración sobre un hecho en disputa, sino que también incluye el resultado de la evaluación de dichos medios por el juez (Turiel y Mata, 2020, pp. 108­109).

 

En el proceso penal, la relevancia de la prueba radica en la labor que realizan las partes ante el tribunal con el propósito de llevarlo a una convicción certera acerca de ciertos elementos en controversia; esta convicción puede alcanzarse cumpliendo las exigencias de la norma y, en ocasiones, mediante una evaluación racional y fundamentada de una serie de medios respaldados legalmente (Herreros, 2022, pp. 364­365). Por tanto, las pruebas desempeñan un papel fundamental como cimiento conceptual para cumplir con los objetivos establecidos, del mismo modo que para cumplir con determinadas garantías procesales esenciales, como el respeto a la dignidad humana, la libertad, la convencionalidad, la igualdad, la legalidad y la imparcialidad, entre otras. En consecuencia, la prueba ocupa un lugar central en el procedimiento al garantizar que cada acontecimiento se respalde con pruebas concretas para asegurar su veracidad (Maiguel, 2022, p. 31).

2.2.              Prueba digital

La evidencia digital comprende toda la información en formato digital que corrobora la veracidad de un acontecimiento alegado por las par­ tes y que resulta relevante para el caso en discusión en el contexto judicial. Esta evidencia engloba cualquier tipo de datos digitales que serán presentados de manera oportuna utilizando medios electrónicos. En el proceso de presentación ante el juez, esta información se transmite en un código binario a través de un sistema que convierte señales eléctricas o fotosensibles, las cuales se desglosan y vuelven a combinarse mediante procedimientos informáticos para crear y conservar la información. La representación del texto en la pantalla se traduce a un lenguaje alfabético comprensible, que facilita su lectura y su interpretación por parte de las personas involucradas en el proceso judicial (Puetate et al., 2021, pp. 10­11).

El propósito de la prueba digital es proporcionar al juez información precisa sobre los hechos y las circunstancias tal como sucedieron, con el fin de determinar la posible implicación del acusado en el delito del que se le acusa, estableciendo así su responsabilidad penal, ya sea como autor o como partícipe del delito en cuestión. La presentación de evidencia digital puede realizarse mediante peritajes especializados o la identificación de documentos electrónicos, comunicaciones digitales, imágenes digitales, videos digitales, entre otros medios. Aunque la evidencia no se limite únicamente a lo digital, su inclusión en el proceso penal está permitida, pueden emplearse también otros tipos de pruebas siempre que hayan sido adquiridos de manera lícita y sean relevantes y necesarios para el caso en cuestión (López, 2023, p. 206).

Es crucial considerar que la información digital puede estar alojada en ubicaciones remotas, como servidores en la nube, además de los dispositivos físicos; pues bien, la obtención de evidencia digital presenta desafíos, dado que los dispositivos electrónicos pueden encontrarse en lugares resguardados, lo que podría requerir una orden judicial para su secuestro. Adicionalmente, los datos contenidos en estos dispositivos pueden estar encriptados o eliminados, por lo que podría ser necesario recurrir a expertos en informática forense para acceder a su contenido (Rodríguez, 2018, pp. 10­11).

Lewulis (2022, p. 43) considera que para abordar el uso de mate­ riales en línea y otros datos digitales como pruebas en casos penales es necesario tener en cuenta los principios clave que rigen el proceso de obtención de pruebas. La particularidad de la información digital, al no poseer una forma física, plantea un desafío en su inclusión dentro de la clasificación tradicional de tipos de pruebas. La evidencia digital engloba toda información con valor probatorio extraída de datos en línea de acceso público, las consideraciones generales sobre el uso de pruebas digitales abarcan tanto los datos encubiertos como los de fuente abierta, a menos que se establezca lo contrario.

 

3.              LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA JUSTICIA

3.1.              Digitalización de la justicia

La transformación digital de la justicia ha generado una dinámica judicial que tiende a ser impersonal y procedimental, ha planteado barreras para el acceso a la justicia y ha generado dudas sobre la priorización del debido proceso (Loo y Findlay, 2022, pp. 9­10). El desafío al digitalizar el sistema judicial no radica únicamente en lograr eficiencia administrativa y reducción de costos, aspectos que sin duda se valoran, sino en implementar tecnologías informadas y adaptables que pongan énfasis en las personas y fomenten la inclusión. La digitalización de la justicia debe ser concebida como parte integral de la solución a estos desafíos (Loo y Findlay, 2022, p. 37).

3.2.              Impacto de la IA en la administración de justicia

Los sistemas que incorporan inteligencia artificial (IA) presentan una oportunidad para mejorar y acelerar la administración de justicia, con­ tribuyen así a la optimización de recursos que suelen ser limitados en el contexto judicial. Con la supervisión adecuada por parte de profesionales del derecho y garantizando la fiabilidad técnica y la seguridad en la obtención de resultados, los procesos legales pueden ganar en transparencia y evitar demoras superfluas. En este sentido, los avances alcanzados a través de la implementación de IA se dividen en dos enfoques esenciales: (i) el enfoque de IA asistencial o complementaria, que facilita a las partes involucradas, los mediadores neutrales o los magistrados la preparación y el desarrollo de diversas tareas legales relacionadas con el caso, al ofrecer datos, orientaciones o predicciones, como por ejemplo el sistema Pacer en los Estados Unidos y Sherlock­Legal en Argentina;  (ii) el enfoque de IA decisoria, que capacita a sistemas para resolver casos de forma autónoma, con la capacidad de analizar el entorno y tomar decisiones con cierto nivel de autonomía para alcanzar un objetivo específico, como por ejemplo Xiao Fa, el primer asistente artificial implementado en China, y Prometea, un sistema diseñado para agilizar procedimientos judiciales y administrativos (Spositto et al., 2021).

En este nuevo enfoque tecnológico denominado inteligencia en la interfaz, se destaca la capacidad de la interfaz para poseer un conocimiento extenso sobre el usuario, comprender su entorno, actuar proactivamente y perfeccionarse a través de la interacción. Desde esta perspectiva, la inteligencia en la interfaz permite al usuario interactuar de manera sencilla (mediante voz o chat, similar a WhatsApp) mientras la tecnología resuelve cuestiones mediante conexiones con diversos sistemas que son capaces de satisfacer las necesidades del usuario, basándose en experiencias previas. Un ejemplo de esta aplicación se encuentra en los dispositivos iPhone de Apple, que cuentan con un asistente de voz llamado Siri, capaz de responder a diversas consultas una vez activado. En este sentido, el Ministerio Público de Argentina ha implementado una inteligencia denominada Prometea, que se alinea con esta nueva tendencia tecnológica (Corvalán, 2018, pp. 301­302).

Muñoz (2020, p. 701) resalta las ventajas de la IA en el sistema judicial, tales como facilitar el análisis de leyes, jurisprudencia e investigaciones académicas, agilizar la revisión de contratos y documentos a través de mecanismos eficientes, emplear soluciones de e­Discovery para la identificación automatizada de documentos relevantes y análisis asis­tido por tecnología, y automatizar la generación de documentos legales.

En consecuencia, el interés por la integración de tecnologías de IA en el ámbito judicial surge de la necesidad de mejorar la eficiencia en el sistema legal; de algún modo, es importante reconocer que esta cuestión puede generar cierta controversia, aparentemente por los riesgos aso­ ciados con la aplicación de la IA en el proceso judicial. Sin embargo, la evaluación de la viabilidad de utilizar inteligencia artificial en el proceso penal (aunque controvertida) debe ser llevada a cabo, por los beneficios que ofrece esta herramienta (Pérez, 2021, pp. 1397­1398).

La inteligencia artificial tiene el potencial de revolucionar de manera significativa el sistema judicial, esto se debe a la capacidad de aprender de datos y realizar predicciones, con ello la IA facilita la toma de decisiones judiciales. Empero, es esencial considerar principios éticos al integrar la inteligencia artificial en el entorno jurídico para garantizar que las decisiones sean equitativas y transparentes (Ferrario et al., 2020).

3.3.              La IA y los derechos fundamentales

La inteligencia en la interfaz, respaldada por sistemas de IA, puede desempeñar un papel fundamental en la protección de ciertos derechos de acceso, especialmente en el caso de individuos vulnerables o con discapacidad. En este contexto, una persona puede iniciar un expediente y, al estar lista para redactar un documento, activar a Prometea a través de comandos de voz en un teléfono móvil o mediante un chat, simulando una conversación al estilo de WhatsApp. El proceso completo se lleva a cabo a través de la IA: desde un simple saludo inicial, seguido de una serie de preguntas y respuestas entre Prometea y el usuario, que incluyen la búsqueda y la presentación de leyes y decretos relevantes para el informe solicitado, hasta culminar con Prometea indicando «informe completado». Posteriormente, se ofrece la opción de imprimir, descargar el informe o enviarlo por correo electrónico o a una red interna para su revisión adicional (Corvalán, 2018, pp. 304­305).

En el uso de algoritmos inteligentes para la recopilación de datos personales u otros, es de vital importancia asegurar el respeto de los derechos fundamentales. Conforme a las recomendaciones de Corvalán (2018, pp. 307­308): (i) es esencial comprender el funcionamiento de esta tecnología; la adecuada regulación no puede establecerse si se carece de conocimiento sobre la operatividad del objeto a regular, especialmente en un contexto donde los sistemas de inteligencia artificial evolucionan de manera acelerada y requieren una actualización constante sobre las nuevas metodologías empleadas; (ii) se debe analizar de manera diferenciada áreas y derechos específicos; existe una clara distinción entre los sistemas de IA que personalizan recomendaciones de música en plataformas como Spotify o YouTube, y aquellos algoritmos avanzados que realizan predicciones sobre el desarrollo de enfermedades o la concesión de libertad condicional a individuos privados de libertad; (iii) se destaca la limitación de los sistemas de inteligencia artificial más sofisticados en uso actualmente, como Watson de IBM, Alexa, Quid, Siri, entre otros, que pueden carecer de la capacidad de ofrecer una explicación detallada sobre el proceso que los lleva a un resultado específico; (iv) resulta imperativo salvaguardar los principios de igualdad y no discriminación en las predicciones realizadas por la inteligencia artificial en relación con los derechos fundamentales.

De otro lado, el big data comprende las bases de datos presentes en entidades tanto públicas como privadas, esta situación plantea un análisis más detallado en el ámbito jurídico. Al evaluar la fuerza probatoria de los mensajes de datos, se aplicarán los principios de la sana crítica y otros criterios reconocidos legalmente para la valoración de pruebas. Se ponderará la fiabilidad en la creación, el almacenamiento y la trans­ misión del mensaje, así como la preservación de la integridad de la información y la identificación del emisor, entre otros elementos relevantes. En síntesis, el big data, al representar una fuente primordial de información, contribuye al progreso de los principios procesales de celeridad y economía, los cuales buscan optimizar la eficiencia en la administración de justicia de acuerdo con las garantías procesales establecidas (Pineda, 2021, pp. 117­118).

3.4.              La IA en el proceso penal

La inteligencia artificial se refiere a la capacidad de sistemas para mostrar un comportamiento inteligente al analizar su entorno y tomar decisiones de manera autónoma con el objetivo de alcanzar metas específicas. A pesar de que la inteligencia artificial aún no ha alcanzado su pleno potencial, su prometedora capacidad ofrece herramientas excepcionales. Por ende, resulta crucial considerar la factibilidad de incorporar estas herramientas inteligentes en la fase de prueba del proceso penal, es esencial examinar los dos pilares fundamentales que sustentan el funciona­ miento de la inteligencia artificial: la gestión de grandes volúmenes de datos y el uso de algoritmos (Pérez, 2021, pp. 1390­1391).

La inteligencia artificial implica la capacidad de las máquinas para replicar las funciones cognitivas humanas e incluye la resolución de problemas. Su avance está estrechamente vinculado a la disponibilidad y la manipulación de grandes cantidades de datos, conocidos como big data o macrodatos. Esta última denominación, adoptada por el Parlamento Europeo, comprende la recopilación y el análisis continuo de extensos conjuntos de datos, que abarcan información personal, a través de algoritmos informáticos avanzados; esta tecnología innovadora forma parte de las tecnologías emergentes o convergentes y representa un enfoque nuevo en el procesamiento y el análisis de datos a nivel global. Mediante el procesamiento de estos datos masivos, es posible extraer conclusiones y patrones que no se podrían identificar utilizando métodos tradicionales de análisis de datos, lo que conlleva a una comprensión más profunda y completa de la información disponible (Pérez, 2021, pp. 1392­1393).

 

4.  LA IA EN LA PRUEBA PENAL

En el ámbito probatorio, se toman en cuenta aspectos como la evidencia en sí misma, los métodos de obtención, las garantías procesales, el criterio de la sana crítica y la aplicación del precedente judicial (relacionado con el big data jurisprudencial). A pesar de que las nuevas tecnologías se han establecido como herramientas en el ámbito legal, es crucial reconocer que estas no pueden reemplazar el juicio valorativo del juez en su apreciación crítica. Por consiguiente, el estándar de prueba «más allá de toda duda razonable» requiere el uso de dos recursos específicos: la inteligencia artificial y el big data jurisprudencial, con la finalidad de enriquecer los fundamentos científicos de la sana crítica al delimitar la información jurisprudencial y aplicar el precedente obligatorio (Pineda, 2021, p. 119).

La inteligencia artificial desempeña un papel fundamental como base algorítmica para el análisis de evidencia, particularmente en lo que concierne a la valoración de testimonios. Al tener en cuenta las limitaciones de la memoria humana, la inteligencia artificial se enfoca en examinar aspectos relevantes presentes en los relatos personales, para ello se basa en la psicología del testimonio y la evaluación de circunstancias. Programas como Advokate consideran una serie de factores, como la distancia entre el observador y los hechos, la visibilidad, el nivel de conocimiento previo entre el testigo y la persona observada, el período de observación y la capacidad mental, con el fin de determinar la credibilidad testimonial en un proceso judicial (Pineda, 2021, p. 120).

Es verdad, hoy en día se encuentran disponibles diversas herramientas de inteligencia artificial que pueden asistir al juez en la evaluación de la evidencia, o al menos en la estructuración de su argumentación. Es un hecho irrefutable que cada asunto judicial guarda similitudes con casos anteriores que el juez toma en consideración al emitir su dictamen, lo que establece límites y marcos para un control razonado de la evidencia. Por ejemplo, se ha implementado la opción de realizar autopsias virtuales, las cuales complementan y mejoran la eficacia y la pre­ cisión de las autopsias convencionales; expertos de la Universidad de Berna han desarrollado un software que permite escanear en tres dimensiones la anatomía del cuerpo humano, y han creado un detallado mapa interno del fallecido mediante imágenes precisas, han facilitado así la determinación de la causa del deceso. Asimismo, existen algoritmos como COMPAS, que pronostican el nivel de riesgo o la posibilidad de reincidencia de un individuo con antecedentes penales, y programas como Alibi, que ofrecen explicaciones sobre la conducta del acusado, así como Stevie, que elabora narrativas cohesivas a partir de datos disponibles. Se han logrado avances notorios en la valoración de testimonios, lo que destaca la importancia de la inteligencia artificial en la esfera jurídica (Suárez et al., 2023, pp. 16­17).

De otro lado, aún existe cierta resistencia en el uso de la IA en el sistema judicial, puesto que no se ha explorado la posibilidad de utilizar sistemas de IA para la evaluación y la argumentación de pruebas en los tribunales. En efecto, la IA podría contribuir a ofrecer resultados fundados en datos objetivos en concordancia con los medios de prueba empleados. Esto plantea un enfoque más sofisticado para la apreciación de pruebas, especialmente en jurisdicciones donde la valoración es discrecional. En un proceso penal basado en una concepción racionalista de la prueba, es imperativo proporcionar al juez las herramientas necesarias para que su análisis se sustente en gran medida en criterios objetivos y comprensibles, en lugar de conceptos generales que a menudo se ven oscurecidos por la inmediatez del contexto judicial (Simón, 2021, pp. 287­288).

 

5.              ANÁLISIS DE LA LITERATURA

Tabla 1

Análisis de la prueba digital

Tabla

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Tabla

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

 

Tabla 2

La IA en el proceso penal

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El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Tabla

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

 

Tabla 3

Propuesta de protocolos para la recolección, la conservación y el análisis de pruebas digitales generadas por inteligencia artificial (IA)

6.              CONCLUSIONES

La introducción de la inteligencia artificial en el ámbito judicial representa una evolución significativa en la forma en que se manejan las pruebas digitales, pues agiliza los procedimientos y mejora la calidad de las decisiones judiciales. La eficiencia y la confiabilidad mejoradas de las pruebas a través de la inteligencia digital pueden fortalecer la administración de justicia y garantizar un proceso más justo y transparente.

La prueba digital se posiciona como un elemento central en el pro­ ceso penal y es fundamental para respaldar cada hecho alegado durante el juicio; en efecto, garantizar la autenticidad, la integridad y la veracidad de las pruebas digitales es esencial para asegurar un proceso judicial justo y basado en evidencias sólidas. El acceso a grandes cantidades de información a través de herramientas como la inteligencia artificial puede ser crucial para resolver dudas sobre la culpabilidad o la inocencia de un acusado, y se convierte en un valioso recurso para fortalecer la sana crítica judicial. Asimismo, su uso eficiente y ético es fundamental para garantizar la justicia y la protección de los derechos fundamentales. Por ello, la posible implementación de un protocolo específico para la recolección, la conservación y el análisis de pruebas digitales con el uso de inteligencia artificial puede optimizar los procedimientos y garantizar la integridad de la evidencia.

Es crucial garantizar la protección de los derechos fundamentales, la privacidad y la seguridad de las partes involucradas en el proceso penal. Por ello, la necesidad de regular el uso de la inteligencia artificial en el ámbito judicial se vuelve imperativa para asegurar su aplicación ética y legal, a fin de evitar posibles violaciones del debido proceso y garantizar la transparencia y la equidad en los juicios.

De otro lado, es imperativo definir estándares (protocolos) claros de admisibilidad para las pruebas digitales obtenidas con inteligencia artificial, adaptados a nuestra realidad y en línea con las recomendaciones internacionales. Estos estándares deben garantizar la validez, la integridad y la relevancia de las pruebas digitales procesadas con IA, así como asegurar su aceptación en los procedimientos judiciales. Igualmente, deben implementarse medidas específicas para garantizar la integridad y la autenticidad de las pruebas digitales durante su recolección, su conservación y su análisis con inteligencia artificial. Esto incluye el estable­ cimiento de protocolos de cadena de custodia digital, la verificación por peritos especializados y el uso de herramientas tecnológicas seguras que preservan la autenticidad de las evidencias.

 

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Recibido: 1/7/2024

Revisado: 16/8/2024

Aceptado: 10/12/2024

Publicado en línea: 28/12/2024

 

Financiamiento

Autofinanciado.

Conflicto de intereses

El autor declara no tener conflicto de intereses.

Contribución de autoría

Acopio, análisis, redacción y revisión del trabajo; aprobación final de la versión que se publicará.

Biografía del autor

Denis Adan Aguilar Cabrera es abogado por la Universidad San Pedro (Chimbote), ha concluido sus estudios de maestría en Ciencias Penales en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es autor de los libros Derecho penal en la sociedad del riesgo. Sobre la discusión en torno al derecho penal del enemigo y derecho penal funcional (2014) y La insostenible inseguridad en el derecho penal de excepción. Fundamentos de legitimidad (2019); de igual modo, es autor de varios artículos publicados en revistas indexadas. Ha sido, asimismo, docente universitario y funcionario público.

Correspondencia

denis.aguilar@unmsm.edu.pe